¿Es la gestión pasiva gestión tonta?

En el mundo de los fondos de inversión se conoce como gestión pasiva a los fondos que replican el comportamiento de un índice bursátil. A este tipo de fondos se les conoce como fondos índice o fondos indexados.

El éxito los fondos de gestión pasiva durante los últimos años es incuestionable por varias razones:

  • Son vehículos eficientes desde los puntos de vista de operativa, costes y fiscalidad.
  • Son productos simples: invierten en la práctica totalidad de las acciones de un mercado, un sector o directamente en acciones de todo el mundo.
  • Se basa en la idea de que la bolsa siempre sube. De hecho, en las últimas décadas los principales índices bursátiles han ofrecido rentabilidades anualizadas del 8%-9%.

Entonces ¿por qué calificar a la gestión pasiva como gestión tonta? Muy sencillo, invierten en todo tipo de compañías, independientemente de si son buenas empresas o malas empresas. Es decir, la gestión pasiva consiste en tener una cartera hiperdiversificada, con excelentes compañías, buenas compañías, compañías razonablemente buenas y pésimas compañías.

Por otro lado, la amplia diversificación consigue compensar las pérdidas de las malas compañías con la buena rentabilidad de las compañías excelentes. ¿El resultado? Conseguir la rentabilidad media del mercado. Lo bueno es que al menos históricamente la rentabilidad final siempre ha sido positiva.

Llegados a este punto, hay que reconocerle cosas buenas a la gestión pasiva:

  • Evitar errores gracias a la diversificación.
  • Estar protegidos ante la subida de precios generada por la inflación invirtiendo en activos reales (acciones).
  • Conseguir la misma rentabilidad que la bolsa (que no es poco).

Cómo aprovechar al máximo la gestión pasiva

Si inviertes en fondos índice (recuerda, a pesar de ser gestión tonta funciona en el largo plazo) y sigues una serie de pautas, podrás obtener rentabilidad extra invirtiendo en el momento correcto.

Invertir cuando la bolsa baja

En la última década, el mejor momento para invertir fue a finales de 2008 y a principios de 2009. En plena crisis, cuando todos los telediarios abren con las bajadas de la bolsa y las columnas de los periódicos vaticinan el final del capitalismo.

En definitiva, cuando la gente tiene miedo y los medios de comunicación solo informan de malas noticias económicas, los inversores tienden a exagerar la situación, lo que se traduce en bajadas bruscas de la bolsa. Pero de todas las crisis se sale, se corrigen errores en los procesos productivos de las empresas y el mercado se recupera.

El problema es que es muy difícil predecir hasta cuánto bajará La Bolsa. Una buena estrategia es invertir poco a poco en las caidas, y seguir comprando más en las futuras caídas.

Vender cuando La Bolsa sube

Si acertar el mínimo que tocará la bolsa en una tendencia bajista o en una crisis es difícil, más difícil aún es predecir en qué momento se pinchará una burbuja.

Detectar una burbuja es relativamente fácil. Las reconocerás por situaciones como estas:

  • Todo el mundo habla de bolsa. Los medios de comunicación no son una excepción.
  • Probablemente verás a amigos y familiares (que nunca han invertido) comprar sus primeras acciones y presumir de lo fácil que les resulta ganar dinero invirtiendo en acciones.
  • El ratio PER, salvo algunas excepciones en ciertos negocios cíclicos, un PER alto significa que la bolsa está cara y al revés, un PER bajo es indicador de que la bolsa está barata. El PER medio, históricamente ha sido de 15 para hacernos una idea.

Por lo tanto, si identificamos que el mercado está alto, tanto por los titulares de la prensa como por PER elevado (mayor de 25 ó 30), podemos hacer tres cosas:

  • Venderlo todo y esperar a que la burbuja pinche: el problema es que puede que pasen años hasta que la burbuja pinche.
  • Vender una parte y destinarla a renta fija: nos protegeremos parcialmente en un eventual pinchazo a la vez que obtenemos algo de rentabilidad en renta fija.
  • Mantener la inversión intacta y destinar todo el ahorro a liquidez o renta fija. Con el ahorro en liquidez tendremos la oportunidad de invertirlo cuando los precios hayan bajadao
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Dos formas de ganar dinero en bolsa: plusvalías y dividendos

Hay dos formas de ganar dinero en bolsa: generando plusvalías, que consiste en vender una acción más cara que su precio de compra; o cobrando dividendos, que es la remuneración que paga las empresas a sus accionistas.

Generar plusvalías

Para generar una plusvalía en bolsa hay que vender acciones a un precio superior al precio de compra. La diferencia entre el precio de compra y el precio de venta es la rentabilidad que obtenemos por la inversión.

Lo contrario a una plusvalía es una minusvalía, es decir, vender acciones a un precio inferior al de compra.

Dividendos

Los dividendos es la retribución que una empresa paga a sus accionistas. Los dividendos provienen del negocio de la empresa a cargo de sus beneficios. Las empresas con beneficios estables suelen pagar dividendos estables.

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De qué depende el precio de una acción

Habitualmente se enseña que el precio de una acción depende de la oferta y la demanda de cada momento. Esto es: el precio de una acción será el punto de equilibrio en el que haya gente dispuesta a venderla y por otro lado gente dispuesta a comprarla a un determinado precio. Dicho esto, la pregunta siguiente es ¿por qué ese precio y no otro?

En última instancia, el precio de una acción dependerá de la capacidad futura de generación de beneficios de la empresa. Esta es la clave.

Hay que tener en cuenta que el futuro no está dado y lleno de incertidumbre. Por lo tanto, la valoración futura de generación de beneficios por parte de una persona es completamente subjetiva. De hecho, se pueden generar ciertas situaciones que tienen explicación:

Un caso extraordinario es el de Tesla. Su capitalización bursátil es superior a la de muchos fabricantes tradicionales. Sin embargo, los inversores de Tesla ven justificada esta inversión porque creen que en el futuro venderá muchos coches y conseguirá generar caja.

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Invertir a largo plazo en bolsa

La Bolsa es una excelente solución para todos aquellos ahorradores que quieren invertir a largo plazo. Veremos que hay distintas estrategias para invertir en bolsa, desde que gestiones tú mismo tu cartera hasta fondos de inversión, las ventajas de cada opción y lo más interesante, explicaremos el por qué la bolsa es la mejor opción para invertir a largo plazo y no otros activos, como bienes inmobiliarios.

A largo plazo la bolsa siempre sube

Podría parecer pretencioso. Pero no lo es. Estadística e históricamente está demostrado que La Bolsa es el activo que mejores rendimientos obtiene en el largo plazo. Si bien es verdad que puede atravesar baches que pueden durar años, los índices bursátiles han demostrado que siempre suben a largo plazo. Entendiendo largo plazo como periodos de al menos 15 ó 20 años.

En lugar de decir La Bolsa, deberíamos hablar de índices bursátiles. ¿Por qué? Porque normalmente los índices rebalancean su cesta de valores cada poco tiempo. Esto es, excluyen empresas en decadencia, empresas que han quebrado y a su vez, añaden empresas que tengan más liquidez, empresas que hayan superado cierra barrera de capitalización bursátil...

Por ejemplo, el IBEX 35 está compuesto por las 35 empresas cotizadas más grandes y que cumplen ciertos criterios de liquidez. Es lógico pensar que si compras acciones del IBEX 35 (más adelante veremos que este instrumento se llama ETF), siempre estaremos invertidos en las 35 mejores empresas españolas.

Como resumen, quédate con esto: con el simple hecho de comprar un índice serás dueño de las mejores empresas de una región, donde siempre serás accionista de las más grandes y se desecharan empresas que estén en declive y sean sustituidas del índice por otra alternativa mejor.

Los inmuebles no se llevan bien con el largo plazo

Para empezar, los edificios necesitan mantenimiento. Pueden durar muchos años. Sí. Pero llegará un momento que necesiten reparaciones para poder aumentar su vida útil. Eso sin contar tasas municipales como el IBI, comunidad de vecinos, recibos de luz gas y agua.

Dentro de la inversión en vivienda podríamos destacar dos tipos de inversión: comprar hoy para venderlo en el futuro, o comprar para alquilarlo.

  • Como inversión especulativa: en España es difícil que se vuelvan a dar subidas como las que se produjeron a principios del año 2000. Piensa que la tasa de natalidad está a la baja, todos los babyboomers ya han comprado piso (por lo tanto no se necesitan más). Como mucho, un inversor de este tipo podría encontrar oportunidades en zonas exclusivas de ciertas ciudades. Poco más. Ten en cuenta todos los gastos e impuestos que acarrea la compra/venta de viviendas. En esto La Bolsa gana. Las comisiones son bajas y los impuestos se aplican solo a acciones, mientras que los fondos de inversión (lo veremos al final del texto) están exentos.

  • Comprar para alquilar: es una opción más realista con los tiempos que corren. El inquilino te pagará un alquiler (en analogía con La Bolsa, es lo que se conoce como dividendo). No es una mala opción, pero también hay que tener cuidado con los inquilinos que escogemos, posibles impagos o deterioros del inmueble...


A parte de montar tu propio negocio con tus ahorros. Tendrías otra alternativa a La Bolsa: depósitos bancarios y deuda pública. El problema de la renta fija es que da una rentabilidad pequeñísima, inferior al 1%. Piensa que si obtienes un 1% y la inflación es del 3%, en realidad estás perdiendo un 2% todos los años. No es una buena idea.

Volviendo a La Bolsa, la mejor alternativa. Y es que de media, La Bolsa obtiene una media del 6 al 9% anual. De sobra bate la inflación. Y tan solo debemos comprar un ETF que replique a un índice (IBEX 35, IGBM). Por tanto, sería una buena idea invertir una cantidad inicial en bolsa, seguido de aportaciones periódicas según vayamos ahorrando. Por ejemplo, recomprar una vez cada 3 meses, una vez al año...

Con cierta disciplina de ahorro, verás como poco a poco tus ahorros van creciendo, pues estarás ayudando a financiar los proyectos de las mejores empresas del país.

Si miras estadísticas, verás que comprar un fondo índice es batir al mercado, puesto que la mayoría de gestores de fondos (a pesar de ser supuestos profesionales, consiguen rentabilidades menores a la media).

Sin embargo, hay ciertos inversores que tienen otra forma de pensar y otra forma de ver la economía que superan al índice con creces. Algunos incluso han conseguido doblarlo. Estamos hablando del value investing o inversion en valor, una filosofía de inversión que piensa a largo plazo, comprando empresas sólidas y que en un momento dado tienen sus acciones baratas.

Si aprendes value investing puedes hacerlo tú mismo con tu broker o tu banco. De lo contrario, la mejor alternativa son los fondos de inversión que invierten en valor.

Invertir a largo plazo con fondos de inversión de value investing

En España tenemos muchas alternativas para invertir con este tipo de fondos denominados fondos valor o fondos value investing. El gran conocido es Paco Paramés, pero existen otros excelentes gestores, desde azValor o MetaGestión hasta Bestinver entre muchos otros.

Las ventajas económicas son claras. La mayoría cobra unas comisiones de entorno al 2%, similares a las que te aplicaría tu broker si compras acciones por tu cuenta. Por otro lado, los fondos están fiscalmente beneficiados, y es que mientras tu dinero esté dentro del circuito de fondos estará exento de tributaciones.

Por otro lado vamos a ver en que se diferencia un inversor value del resto:

  • Compran barato, a PER bajo del entorno de los 10-15 veces beneficios. Teniendo en cuenta que la media de las empresas suele estar en 15 veces beneficios, a priori la compra es barata.

  • Invierten en negocios que destacan del resto, con ventajas competitivas. Y es que si inviertes en empresas con ventajas competitivas será muy difícil que a la empresa le vaya mal. Dicho de otra forma, invertir en empresas de este tipo es garanrizar que mantendremos nuestra inversión en el largo plazo. Como decía Warren Buffett, la primera regla en este negocio es no perder dinero.

Por tanto, si mezclas comprar a buenos precios empresas con barreras de entrada y ventajas competitivas, el resultado es que en el largo plazo vas a ganar dinero.

Posiblemente la mejor opción ahora mismo son fondos de azValor, Cobas AM (de Paramés), Metagestion, o Bestinver.

Este tipo de gestoras suelen ser fondos relativamente pequeños, por lo que tienen libertad para analizar las empresas al máximo nivel de detalle. Algunos gestores de este tipo han dicho en público más de una vez que incluso llaman a exempleados de empresas en las que invierten para conocer de primera mano si la empresa está bien gestionada.

Te recomendamos que veas [la rentabilidad media de Paramés y Warren Buffett de las últimas decadas] para que te hagas una idea del enorme poder que tiene este tipo de inversión con buenos gestores.

También te recomiendo que leas la importancia del interés compuesto para que comprendas que invertir a largo plazo es la mejor solución para ahorrar y del enorme poder de revalorización que tienen los años sobre nuestros ahorros.

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Ratio PER

El PER es un ratio que mide la relación entre el precio de la empresa y sus beneficios. También se puede interpretar como el número de años que tardaríamos en amortizar dicha inversión.

Utilidad del ratio PER

Es un ratio parecido al BPA. La principal diferencia es que el PER nos permite hacer comparaciones entre distintas empresas, puesto que siempre nos indica cuantos beneficios obtendríamos acorde al precio pagado. A diferencia del BPA, que lo hace sobre una acción sin tener en cuenta su precio.

Cómo se calcula

  • La más sencilla: capitalización bursátil / beneficio neto.
  • A partir del BPA: Precio por acción / BPA

Interpretación y significado

A priori, cuánto más bajo sea el PER más barato estaremos comprando y por tanto obtendremos mejores revalorizaciones futuras. Al PER le podemos dar varias lecturas:

  • Como múltiplo de las veces que estamos pagando cada euro de beneficio.
  • Como el número de años que tardaríamos en amortizar la inversión si el beneficio futuro se mantuviera constante.

No obstante hay que recordar que el precio de la acción refleja las expectativas subjetivas de los inversores respecto a beneficios futuros. Es decir, es posible que la empresa esté barata porque el año que viene el mercado crea que los beneficios van a bajar.

Lo mismo pasaría en la situación contraria. Podemos dar con un PER alto. Instintivamente pensaremos que estamos comprando caro. Sin embargo, este sobrecoste se vería justificado en empresas con una tasa de crecimiento muy alta.

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