Contar con un fondo de emergencia ante imprevistos es de vital importancia. Primero para tener las finanzas personales en orden y saneadas, y segundo para diferenciar el dinero que no vamos a necesitar en el largo plazo del que sí vamos a necesitar a corto plazo.
Lo ideal para un inversor a largo plazo sería contar con tres tipos de cuentas bien diferenciadas:
Fondo de emegencia: con una cantidad que nos permita atender imprevistos: avería del coche, protección ante un despido, gastos derivados de un accidente... el objetivo es que no tengamos que echar mano de la tarjeta de crédito en caso de una necesidad puntual.
Gastos cotidianos: en esta cuenta incluiremos los gastos de facturas, alimentación, calzado, vacaciones, ahorro para un coche nuevo...
Ahorro e inversiones: en este fondo están destinadas nuestras inversiones a largo plazo, esas que no queremos gastar hasta alcanzar un objetivo como puede ser la jubilación o la independencia financiera. Preferiblemente este monto estará invertido en bolsa, ya sea a través de Robo Advisors, fondos de inversión, bolsa o una combinación de las mismas.
La importancia del fondo de emergencia
La importancia del fondo de emergencia es indiscutible. Su objetivo es precisamente ese: cubrirnos ante imprevistos sin necesidad de tirar de tarjeta de crédito y sobre todo, **no tenernos que ver en la obligación de recurrir a nuestras inversiones a largo plazo.
Nuestro fondo de emergencia debe ser líquido, esto es, que sea fácilmente accesible. Podemos tenerlo en una cuenta corriente remunerada, o en un fondo de inversión monetario, que aceptan reembolsos más rápidamente que el resto de fondos de inversión.
¿Y cuánto dinero debemos tener en nuestro fondo de emergencia? La verdad es que es difícil decir una cifra y dependerá de la situación particular de cada persona. Pero lo ideal es que cubra al menos 6 meses de gastos en caso de encontrarnos sin trabajo temporalmente.
Pero la idea del fondo de emergencia es clara: no vernos en la obligación de vender activos en caso de necesidad.
Como crear un fondo de emergencia
Si partimos desde 0 lo ideal es hacer aportaciones periódicas hasta llegar a una cantidad en la cual nos sintamos cómodos.
Si disponemos de cierto patrimonio, lo mejor es crear el fondo de emergencia “de golpe” y así los futuros ingresos podremos dedicarlos al consumo diario (cuenta de gastos) e inversión (fondos de inversión, bolsa...)